Era una tarde soleada de sábado, iba caminando tranquilamente por la avenida Juan Pablo II (El Alto) cuando de repente un objeto blando exploto en mi hombro, lo siguiente que sentí fue agua esparciéndose por todo mi rostro. Dos jovencitas pasaron corriendo por mi lado, iban huyendo de una banda de jóvenes facinerosos que las seguían para mojarlas con agua. Aunque puse mi mejor cara de enojo, ello no detuvo a los forajidos que seguían en pos de las chiquillas que coquetas desaparecieron por la esquina.
El juego con agua en carnavales sigue siendo una de las costumbres más arraigadas en Bolivia, aunque a decir verdad, una muy mala costumbre, pues en esta época se desperdicia ingentes cantidades de agua, cuando en otras regiones del mundo la gente carece de este líquido elemento.
Muchas personas aprovechan estas fechas para exteriorizar su alegría, dando rienda suelta a la diversión. Este año incluso San Pedro se sumó al juego, pues entre domingo y lunes la lluvia mojo a todos. Aunque a muchos comerciantes y carnavaleros no les hizo mucha gracia la participación de San Pedro.
A diferencia de años anteriores se puede advertir que redujo en alguna medida el juego con agua en los barrios, aunque en las principales avenidas y entradas carnavaleras siguen los juegos, incluso con mayor intensidad.
Según un informe académico presentado por el estadounidense Bryant Robey, citado por el portal http:/fmbolivia.com, para el año 2025, 48 países sufrirán déficit de agua dulce, ello afectaría a una población de 2 mil 800 millones de habitantes, la cifra anterior equivale al 35% de la población mundial proyectada. Si bien de acuerdo a datos del SENARI Servicio Nacional de Riego, Bolivia tendría uno de los mayores reservorios de agua dulce del mundo, sin embargo no es menos cierto que el líquido elemento va escaseando raudamente en diversas regiones del país, por lo que urge el cuidado necesario.
Con buena intención alguna autoridad gubernamental pretendió prohibir el juego con agua, pero inmediatamente otro integrante gubernamental desautorizo la intención inicial. Lo cierto es que el cuidado del agua y del medio ambiente debería asumirse con mayor responsabilidad, no solamente por las autoridades sino por el conjunto de la sociedad, considerando que solamente el 2,5 % del agua existente en el planeta es agua dulce.
Bueno termino el carnaval, viene la época de la reflexión, esperemos que el cuidado del medio ambiente no quede en el mero discurso sino sea un compromiso de todos/as.